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¡Todos los estudiantes a impulsar la organización independiente!

Sobre el CGR-CEE de la UACh

Domingo 6 de diciembre de 2015, por OLEP

Actualmente, como Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP) desarrollamos trabajo político en los diversos lugares en donde nos encontramos los militantes. En la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), a través de la agitación y propaganda, buscamos denunciar las injusticias que se cometen contra el pueblo trabajador, en defensa del modelo educativo de la Universidad, por el derecho a la educación pública y gratuita y, sobre todo, vinculando estas luchas, en un plano más general, a la lucha por la construcción de un país más justo, socialista.

Algunos de nosotros participamos como representantes de nuestros grupos académicos en la estructura de la organización estudiantil, el Consejo General de Representantes (CGR); otros, sin ser representantes, participamos en las discusiones que surgen y en las actividades que se impulsan desde el CGR, pues consideramos que es necesario que existan espacios democráticos en los cuales los estudiantes puedan organizarse libremente para defender sus derechos y solidarizarse con la lucha popular.

Es a través de la participación y la lucha organizada de los estudiantes de Chapingo que históricamente se han defendido los derechos de los mismos, tales como los comedores, las becas, ampliación y construcción de dormitorios, descuento en los pasajes, etcétera. Sin dejar de lado que también se ha brindado solidaridad y se ha participado en las luchas populares dada la justeza de sus causas. Sobre todo, eso último es algo que no debemos olvidar, ya que nuestra participación debe ser crítica respecto a las posiciones que emergen en el seno del CGR e impulsar que no se dejen de lado las discusiones sobre los acontecimientos que convulsionan al país, pues de lo contrario perdemos contacto con la realidad al enfrascarnos únicamente en nuestras luchas internas, la mayoría de las veces de carácter inmediato y económico.

Sabemos que muchos objetarán esta opinión argumentando que “primero hay que limpiar nuestra casa para predicar afuera”. No decimos que abandonemos lo uno o lo otro, sino que debemos ligar nuestra lucha local a lo general, pues de lo contrario contribuiríamos a fomentar una actitud egoísta e individualista, centrada en “lo chapinguero”; entonces, no serviría de mucho si luchamos por mejorar la situación en los comedores, dormitorios y la Unidad Médica si no comprendemos que por lo que ahora luchamos es para que otros, al igual que nosotros, tengan los mismos derechos; si no identificamos nuestra lucha con la de los normalistas, el magisterio, los campesinos, colonos y trabajadores que están defendiendo también los mismos derechos. Otras veces, en el mismo intento apresurado de “hacernos conscientes” porque “la coyuntura lo exige”, nos hemos dejado llevar por la marea de la espontaneidad, lo que ha dado como resultado chispazos de participación estudiantil. Sin embargo, no se ha podido orientar o pugnar por la construcción de una organización estudiantil permanente.

La crisis de participación en el CGR se ha desarrollado durante muchos años, mismos en los que algunos de nosotros nos hemos preguntado: “¿Qué hacer para fomentar la participación de la base estudiantil?”. Algunos han encontrado una respuesta realizando muchas actividades culturales y deportivas como “alternativa” a las actividades políticas, pues argumentan que los estudiantes huyen de la política al parecerles sinónimo de “grilla” y de “pleito”. De esta manera hasta se ha generado el error de no fomentar la participación política desde el CGR y ésta se ha reducido únicamente a actividades como marchas, paros, tomas de instalaciones o las elecciones de Comité Ejecutivo Estudiantil (CEE).

Nos olvidamos de la “gloriosa” y “magna” Asamblea General Universitaria (AGU) que tuvo lugar en febrero y hemos aplazado la tarea urgente de concientizar y organizar a la comunidad. Necesitamos fomentar la discusión colectiva, compartir el conocimiento de lo que está sucediendo en el país y en la Universidad, escuchar las diversas problemáticas de la comunidad e involucrarla en las soluciones, no al contrario. Si cometemos el error de ser sólo unos pocos los que solucionan lo que se cree que se necesita, no estaremos generando ni garantizando la participación consciente de los estudiantes ni que éstos se sientan identificados con los objetivos generales para los que el CGR fue creado.

No menos importante es mencionar que actualmente dentro del CGR se está posicionando la idea de que en él no deben existir los “grupos políticos”, ya que, dicen, éstos por sí mismos le hacen “mal” a la organización. Nosotros consideramos que el problema no es que existan o no los grupos, el problema surge cuando los objetivos de cada grupo chocan o son contrarios a los intereses de la comunidad estudiantil, al buscar posicionarse a través de métodos que evidencian su carácter oportunista. A esto último es a lo que se tiene que criticar, denunciar y combatir con la participación consciente. Quienes critican la participación de los grupos o colectivos desde una postura supuestamente “independiente” y “sin grupo”, al final del día terminan representando una posición de grupo, es decir, del grupo con los que convergen en posiciones, ideas o simplemente por simpatía o amiguismo, la única diferencia es que no cuentan con un nombre que los identifique, aunque en esencia trabajan coordinadamente.

Ante este panorama interno y el nacional, es tarea urgente reivindicar el trabajo de la organización estudiantil, del CGR, optar por una posición solidaria contra todas las injusticias que ocurren dentro y fuera de nuestra universidad. Sería un error caer en la dinámica de la “satanización” y criminalización de las luchas populares por parte del Estado para con el pueblo que se organiza y lucha por defender sus derechos. Dejemos de un lado el temor a que se nos señale de “vándalos”, “grilleros” y “flojos” entre el estudiantado, dichos calificativos infundados no deben detener nuestro actuar.

Comprendemos que es una tarea difícil, pero necesaria, la lucha constante por defender, mantener y mejorar el modelo asistencialista de la UACh. De esta lucha depende que más generaciones tengan una oportunidad para estudiar con condiciones óptimas. Sin embargo, no hay que olvidar que nuestro sistema asistencial es una piedra incómoda para el proyecto de educación privada a la que le apuesta el gobierno actual, dictado por el capital internacional. Es necesaria una que le apueste a que más escuelas cuenten con modelos asistenciales como el nuestro y el de las Normales Rurales, así como estar siempre presente en la lucha de nuestro pueblo por mejorar las condiciones de vida, por el respeto a los derechos humanos, una lucha para superar un sistema que nos corrompe y explota.

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección MOVIMIENTO ESTUDIANTIL del No. 12 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 28 de noviembre de 2015.

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