Portada del sitio > Movimientos > La lucha de los estudiantes no comenzó esta semana: frente al autoritarismo (...)

La lucha de los estudiantes no comenzó esta semana: frente al autoritarismo institucional, la organización de los estudiantes del CCH Azcapotzalco.

Viernes 7 de septiembre de 2018

Texto publicado el 2 de septiembre del 2018 en GRIETA | Medio para armar: http://www.grieta.org.mx/index.php/...

El plantel Azcapotzalco del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM continúa hoy en paro, como parte de la lucha de los estudiantes que exigen transparentar el uso de recursos al interior de su escuela, el respeto a las obras de pintura mural con que contaba el plantel, asignación de profesores suficientes, sanción a los abusos por parte de profesores y administrativos, y el respeto a la gratuidad de la educación. A partir de su propio testimonio, pudimos conocer la forma en que los estudiantes se han organizado para llevar adelante esta lucha en la que se han enfrentado al autoritarismo de los funcionarios de la UNAM y a los grupos porriles.

El malestar de la comunidad estudiantil del CCH Azcapotzalco comenzó a finales del año pasado cuando María Guadalupe Márquez Cárdenas, designada como directora del plantel para el periodo 2017-2021, asumió el cargo. Desde el inicio de su gestión se opuso a las diferentes iniciativas culturales de los estudiantes, cancelando actividades como el Fandango, que se hacía anualmente en el mes de abril para celebrar la fundación del plantel, o el cierre de las instalaciones el último día de clases del semestre pasado, en el que además, pidió apoyo a patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México para vigilar los alrededores del plantel.

A inicios de este semestre el malestar se incrementó cuando, durante la semana de bienvenida a la nueva generación, los estudiantes fueron informados de labores de “mantenimiento” llevadas a cabo por la administración. Éstas se limitaron a borrar los murales elaborados por los estudiantes, la mayoría de ellos, hace cuatro años como parte de las jornadas en el Colegio en solidaridad con Ayotzinapa. Sumado a esto se cerraron las cajas del plantel por lo que el pago de los veinticinco centavos de inscripción, se tuvo que hacer en instituciones bancarias donde el pago mínimo es de cien pesos.

Ya comenzado el semestre los estudiantes se enfrentaron a la problemática de falta de profesores, grupos con sobrecupo o profesores sin clases asignadas. En algunos casos, la falta de docentes fue cubierta con personal administrativo sin la calificación necesaria para esta tarea. De acuerdo con los estudiantes, esto se debe a la asignación de grupos por medio de “amiguismos” y relaciones clientelares que no hacen más que reproducir las prácticas de la clase política nacional.

Frente a estas problemáticas los estudiantes comenzaron a organizarse desde el inicio de semestre a través de asambleas. La falta de respuesta por parte de la administración a sus demandas los llevó a poner un ultimátum el día jueves 23 de agosto, llamando a un paro activo y exigiendo un diálogo público el día lunes 27 de agosto, al cual la directora se comprometió a asistir.

El día del diálogo Márquez Cárdenas no se presentó, únicamente envió un mensaje a través del Secretario General en el que indicaba que “tenía cosas más importantes que hacer”, por su parte, entrevistados durante una guardia del paro los estudiantes se preguntan–“¿Qué cosas más importantes que atender a la comunidad de la que era directora?”. Ese mismo día el personal administrativo se encerró en la dirección durante el diálogo fallido y un grupo de porros llegaron a cercar la dirección. Uno de los porros sacó una navaja con la que amenazó a la comunidad, por lo que los estudiantes decidieron expulsarlos del plantel, sacar al personal administrativo y tomar la dirección. Los porros se concentraron en el edificio M en el que destruyeron inmobiliario e hicieron pintas en contra de los colectivos estudiantiles, todo frente a personal jurídico del plantel, que no hizo nada para evitarlo.

El día martes 28 la comunidad se mantuvo en paro activo y ese día la directora se presentó al diálogo. De acuerdo con los estudiantes ésta siempre mantuvo una actitud prepotente y de desacreditación de las demandas estudiantiles. Mientras se celebraba el encuentro, los grupos porriles intentaron ingresar nuevamente al plantel, primero, por la parte de atrás de la escuela, en donde fueron repelidos por los estudiantes y posteriormente, por la entrada principal y el estacionamiento de profesores. Producto de esta agresión tres estudiantes fueron descalabrados por lo que se le solicitó a la directora la apertura de la enfermería para poder atenderlos, a lo cual se negó, por lo que los estudiantes la abrieron por la fuerza para poder atender a sus compañeros. Debido a la cerrazón y falta de sensibilidad de Márquez Cárdenas y al clima de violencia en el plantel, la comunidad acordó comenzar un paro total e indefinido hasta que no se cumplieran sus demandas, plasmadas en un pliego petitorio de cinco puntos:

1. Esclarecimiento del presupuesto escolar, ya que existe la sospecha de desvío de recursos por parte de la directora.
2. Restauración del acervo mural del Colegio y permiso para la creación de nuevos murales por parte de los estudiantes.
3. Asignación de profesores y horarios.
4. Castigo a profesores y administrativos abusivos y deficientes.
5. Esclarecimiento del pago de cuotas.

El día miércoles 29 ya con el acuerdo de paro total, personal administrativo y jurídico se presentó para romper el paro y reabrir las instalaciones. Sin embargo, los estudiantes pudieron mantener el control sobre las mismas. Durante el día anterior diferentes estudiantes recibieron mensajes por WhatsApp en el que se les decía que no se presentaran al plantel pues habría agresiones de los porros, como una medida para generar miedo entre los estudiantes que apoyaban el paro.

El día jueves 30 se realizó un boteo que permitió a los estudiantes comprar material para realizar la limpieza en todo el plantel y borrar las pintas realizadas por los porros -“los baños nunca habían estado tan limpios”- señalan. Ese mismo día se anunció la renuncia de la directora, y comenzó a circular que Benjamín Barajas, actual Director General de los CCH, quedaría temporalmente en el cargo. Los estudiantes señalan a Barajas como el principal responsable de la reactivación del grupo porril Federación Estudiantil Naucalpan (FEN) durante su gestión entre 2012 y 2016 como director del CCH Naucalpan.

El viernes 31 el propio Barajas en su calidad de Director General de los CCH nombró al antiguo Secretario General del plantel Azcapotzalco, Andrés Palacios Meza, como director interino. A pesar de la renuncia de Guadalupe Meza y el nombramiento del director interino, en la asamblea se ratificó el paro total e indefinido, pues el cambio de dirección no asegura el cumplimiento de sus demandas. Por lo anterior se acordó realizar una marcha el día lunes 3 de septiembre a las 13 hrs. del parque de La Bombilla a la dirección general de los CCH en Ciudad Universitaria.

El paro continúa y con ello las actividades que permiten a la comunidad reencontrarse consigo misma. En nuestra visita del día sábado 1 de septiembre vimos que el CCH luce con la vida que sólo la organización desde abajo puede generar. El comedor concesionado por la UNAM a una empresa privada ahora funciona como comedor en el que los propios estudiantes cocinan pizzas y cuestionan el avance del proceso de privatización de la Universidad; las barricadas continúan cuidando el plantel de las agresiones de los porros; se hacen guardias en las principales entradas y se mantienen los rondines para vigilar todas las instalaciones del plantel. En nuestro recorrido, acompañados por los jóvenes universitarios en lucha, pudimos constatar como en las canchas se organizaba un torneo de futbol, mientras las paredes volvían a pintarse multicolores a través de los murales, el primero concluido, rememorando la masacre del 2 de octubre de 1968 y el pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga, recordándonos que la lucha por la democratización de la UNAM no comenzó esta semana sino que es la continuación, desde abajo, de esa lucha 50 años después, 20 años después, un año después.

Comentar este artículo