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Ante los nuevos desalojos y sus viejas estrategias
Si nos tocan a un@ nos tocan a tod@s
Sábado 10 de diciembre de 2016
Las piezas del caleidoscopio represivo se van dilucidando de a poco. Los ataques cada vez más frecuentes contra la lucha autónoma dejan ver entre sus líneas una reiterada vuelta a las siempre vigentes formas de la guerra sucia, la que se esconde y descara de vez en vez cuando el supuesto estado de derecho está sin problemas, cuando la guerra sólo se ha declarado desde la tribuna de lxs poderosxs bajo el nombre diplomático de democracia, orden, desarrollo, progreso o civilización.
El estado de guerra permanente lanza misiles contra las diferentes luchas y lxs individuxs que se reconocen y participan en ellas, para ello tienen sus secuaces siempre fieles: medios de comunicación masiva, prensa, reporterxs y politiquillxs que gozan de preparar el terreno y limpiarlo una vez que ataquen; la policía y sus divisiones siempre ejecutan las órdenes sin chistar, golpean, levantan, desalojan y matan.
Por todos lados el intento siempre apunta a lo mismo: a hacernos sentir contentxs en la pasividad y conformidad de la guerra, la austeridad, la pobreza y la violencia cotidiana que se vende, crece, exhibe y engrosa el espectáculo. Numerosas noticias inundan los diarios, la redes y la vida, acompañadas de fotos y videos con charcos de sangre, gente descuartizada, baleada, estrangulada. Reina la muerte y lxs muertxs. Un espectáculo que cada vez causa menos asombro. Centenares de mujeres de todas las edades desaparecidas; personas víctimas de las balas del narcotráfico y sus sustancias; mujeres, lesbianas, gays y trans muertas en nombre de la decencia, la familia “natural” y el odio desmedido; oleadas de “gente bien” propagando las buenas costumbres; poblaciones enteras desplazadas de sus lugares de origen para evitar la muerte que les persigue; cárceles hacinadas de malhechores disidentes, de ladrones de panquecillos y de sentencias sin resolver; miles de gente sin trabajo, hogar o comida; gente muerta por des-atención médica; recursos naturales despojados de las comunidades que las salvaguardan; territorios sagrados embestidos por grandes maquinarias y mega proyectos; hogares derribados para construir “signos del progreso”, ciudades verticales u hogares para ricxs, etc. Todo un espectáculo de violencia naturalizada, donde lxs directores mueven las escenas a su antojo, intervienen y cambian la escenografía según sus intereses.
La represión avanza a pasos desmedidos. No dan vuelta ni retroceden. Avanzan y amenazan. Contra todxs y contra todo. El único fin es el de mantener el actual estado de cosas, preservarlo y defenderlo. Miles de pesos invertidos en más cámaras de seguridad, más policía “calificada”, más controles policiales, más cárceles, más dispositivos de espionaje, más guerra. Modelo altamente reproducido en diversos espacios, como la UNAM, que destina grandes presupuestos a esta tecnología financiada cínicamente por empresas privadas. A la par, el juego de la política y la legalidad dan cobertura a la inversión. Nuevas leyes anuncian la persecución al crimen y todxs nos convertimos en sus blancos. La criminalidad, como las leyes que le justifican se construyen para atacar esos blancos. Aunque tienen sus preferentes: aquellxs que, ante la austeridad, han buscado darle vuelta y construir desde otros lugares, siempre al margen de la ley y siempre a contraflujo del poder. Como los numerosxs presxs o procesadxs por motivos políticos con casos que se estancan, no avanzan o reciben condenas absurdas. ¡33 años, 6 meses de condena!
No importa el medio ni el lugar donde nos encontremos. No importa el gobierno ni la bandera que éste ondule. Importa el dinero, la mercancía, las ganancias y el poder.
Recientemente se ha inundado de noticias que hablan de la recuperación de predios en la ciudad que habían sido reclamados por miles de sin-techo. Aunque es sabido que algunas mafias sí se mueven tras algunos de éstos, basta recordar que dichos líderes responden a su vez a la clase en el poder y generan la “base social” de algunxs de lxs politiquillxs que ocupando a bien una necesidad, crean un ejército mercenario de clientes que sueñan con algún día tener una casita de interés social a cambio de sus servicios como golpeadores y demás. Sin embargo también se sabe que muchas de esos predios ocupados, lo están desde hace tiempo, siendo verdaderos hogares de miles de familias que no piensan siquiera moverse del lugar donde se han reproducido socialmente. Es cierto también que a veces la ocupación es una clara consigna política y transgresora ante el ataque voraz de la gentrificación, las empresas de bienes raíces, las constructoras, el cierre de espacios públicos y los nulos deseos de trabajar con quienes están bien acomodados en la “cultura válida y legal”, jugando a la escuelita, dirigiendo faros culturales y engrosando las estadísticas de bienestar social de quienes, como consigna política tienen también aniquilar de tajo esas expresiones y sólo calmar a esxs “inquietxs” con espacios de aparente recepción, igualdad y miserias presupuestales. La estrategia es vieja: “divide y vencerás” o, “ten más cerca al <
Trabajar al lado de esas personas que nos intentan asimilar, es caer en el juego ambivalente del poder y las políticas de la legalidad y la democracia. Siempre será más valorada la ocupación ilegal de una gran constructora que la de unxs vecinxs. Los deseos del capital se hacen órdenes. Toda la máquina aceita sus engranes para que ésta siga en funcionamiento.
Que hace casi dos semanas lxs compañerxs del Chanti Ollin hayan sido violentadxs por fuerzas del Estado y desalojadxs del espacio cultural que por más de 10 años autogestionan, es sólo una muestra de esto. Que ayer, hayan hecho lo mismo con lxs vecinxs de Santo Domingo que exigen el respeto de un manantial que intenta ser ocultado por una constructora que realiza un mega condominio en la Av.Aztecas, es una pieza más de esta política en marcha. La guerra, repetimos, está en constante reformulación. A cualquier movimiento mínimo de desconformidad, habrá un centenar de policías detrás, miles de pesos en cuestión, algún beneficio político y una batalla por librar.
Ni qué decir del incremento de ataques hacia los medios libres y autogestivos que, so pretexto de la ley de comunicaciones, se interfiere, “requisa”, interviene, roba y despoja los medios técnicos, o, encarcela y persigue a sus locutorxs y periodistas independientes. Tal como lo hicieron con Radio Zapote, Radio TuunÑuuSavi, Ke Huelga y el compañerx Salvador Olmos, “Chava”, solo por mencionar algunxs.
Como es sabido, en el caso nuestro, la Okupa che, no han cesado las amenazas de desalojo, periodicazos y declaraciones tanto de las autoridades universitarias como de cualquier persona o partido que se cree con derecho sobre los demás para dictar órdenes de cómo debemos vivir y gestionar nuestro tiempo, nuestra creatividad y hasta nuestra forma de vestir y oler. Como en los dos casos anteriores, el diálogo del que tanto hablan los medios de comunicación, el rector Graue y las autoridades universitarias es inexistente, falso y fantasioso. Sólo forma parte de esa democracia que se disfraza con “buenas palabras” y se mediatiza como parte del espectáculo. pues la única medida que siempre utilizarán y defenderán será la violencia, porque es por medio de ella que ellxs se mantienen de pie.
Nosotrxs, que tras 16 años de okupación, no hemos dejado de vivir amenazas de desalojo, detenciones, seguimientos, acosos telefónicos, visitas domiciliarias, levantones, pesquizas, etc., nos hermanamos con quienes al día de hoy se encuentran de nuestro lado, compartiendo la represión y afilando las garras. Porque si esto es una guerra en nuestra contra, es momento de empezar a responder.
Esa violencia natural no la aceptamos ni la aceptaremos nunca. Dedicamos cada uno de nuestros esfuerzos por no aceptar ser parte de su rebaño y siempre nos enorgulleceremos de ello, con la dignidad y fortaleza que eso necesita, tanta como para sonreír al lado de lxs nuestrxs.
Solidaridad fraterna con lxs compañerxs del Chanti Ollin y del plantón de Santo Domingo
Que se jodan las constructoras, sus desalojos y las autoridades que las respaldan.
Hacemos responsables a las autoridades diversas: rector de la UNAM, sus compinches del GDF-CDMX o como pinches se quieran llamar y el gobierno federal, de todxs las persecuciones, agresiones y montajes a todxs lxs individuxs que trabajan por la autonomía y la autogestión.
Ni sus helicópteros, ni sus seguimientos ni encarcelamientos, podrán pararnos.
Desde la Okupa Ché
Espacio Autónomo de Trabajo Autogestivo
6 diciembre de 2016.